EL NOMBRE AMÉRICA VIENE DE LOS MAYAS Y NO DE VESPUCIO

Introducción:

El artículo de abajo, escrito por el autor ecuatoriano Atawallpa Oviedo, tiene el subtitulo apropiado:“el gran cuento eurocéntrico”. Pues en el sistema del socialismo real desaparecido se impartia, en los colegios y universidades, ese cuento que América viene del nombre de Amerigo Vespucci. En el sistema capitalista europeo y en sus “neocolonias” del tercer mundo también ocurre lo propio. Hoy en la época digital, donde aparentemente todo podemos saber, uno lee en Google la misma fábula. También Wikipedia camina por esos lodos colonialistas, aunque en su versión castellana se habla de Amerristiquiqque «lugar de viento» en Guatemala. El autor del artículo indica que el nombre de Vespucio era Alberic y no Amerigo. Ese nombre no es de origen latín ni mucho menos de otros idiomas indoeuropeos sino del maya. Es hora de borrar el cuento eurocéntrico de nuestra mente ciega formateada por el eurocentrismo 

Proponer que, de ahora en adelante, sobre todo los originarios deberíamos llamarnos Amerrique o algo parecido no produciría un nuevo formateo de nuestras mentes, no habría un cambio psicológico mental masivo. Seguirian utilizando el nombre de América como si no hubiera pasado nada. Es muy posible que cuando retomemos el poder político en nuestros países del continente podamos cambiarlo su nombre por Amerrique u otro. Pero por ahora debemos mantener el nombre de Abya Yala, pues es una decisión de los pueblos originarios. Es más falta saber cómo le llamarían nuestros antepasados a ese continente o tierra. Es una ligereza del autor del artículo afirmar que esa tierra “no tenía ningún nombre”. Por ahora tendremos que escarbar los escritos de los mayas. Más después cuando hayan descifrado nuestro Runa Simi.

El interesante texto histórico lo publicaremos en partes.

Redacción de TaniTani.

EL NOMBRE AMÉRICA VIENE DE LOS MAYAS Y NO DE VESPUCIO

El gran cuento eurocéntrico

Por Atawallpa Oviedo Freire, filósofo andino, autor de 12 libros, 5 traducidos al francés. 13-09-2021

Parte I (Parte II)

Todos se han creído el cuento, que se inventaron ciertos europeos para pasarlo como historia, de que el nombre del continente americano proviene o es en homenaje a un tal Américo Vespucci, el supuesto primer cartógrafo que dibujo el mapa del “Nuevo Mundo”. Algunos investigadores han demostrado la falsedad de aquello, pero muchos siguen creyendo y repitiendo esta fábula hasta el día de hoy.

Incluso, el movimiento indígena de América lo desconoce y en su lugar han propuesto el término Abya Yala, bajo el mismo argumento de que América es un nombre de fuera de este continente, impuesto por las monarquías europeas en homenaje a un europeo, y por ende que no es un nombre indígena. Pero la verdad es otra y se hace necesario revalorizar el nombre América como originario de este mismo continente. Es más, intelectuales de izquierda y hasta decoloniales siguen haciendo caso omiso a esta situación.

Es tarea urgente descolonizar la historia si queremos otro mundo, pues las creencias que han sido oficializadas y naturalizadas son la que ha construido el mundo actual, y si seguimos manejándonos con esos mismos fundamentos y teorías solo se prorrogará más de lo mismo. Incluso, los que hablan de cambio o revolución parten de los mismos parámetros constitutivos, por ende, continuando con los gatopardismos.

De la misma manera que la crisis climática que estamos atravesando fue recreada por un paradigma particular, y las respuestas o salidas no vendrán de las mismas concepciones que lo han creado. En igual sentido, si queremos otra humanidad, los cambios y transformaciones tendrán que venir desde saberes diferentes o contrapuestos a los creadores de la crisis ambiental y el caos social mundial.

Y para ello, entre otras cosas, hay que reinterpretar muchas situaciones y concepciones, para generar un nuevo pensamiento que haga posible ese otro mundo. Esto implica caminar como lo hacen los pueblos sabios de todo el mundo, por ende, también de Europa, con un ojo en el pasado y el otro en el futuro, a diferencia del eurocentrismo (o más precisamente del helenismo) que mira solo al futuro y que se guía solo por el norte, habiendo perdido el medio para poder mirar como el colibrí en todas las direcciones. Su mirada devino en totalitaria, irracional, sesgada y paternalista.

Autores como Jean Marcou, Héctor Burgos Stone, José Steinsleger, Jorge Espinosa, Danilo Antón, Jaime Incer, Darwin Caufman, y otros lo han denunciado, pero pocos se han hecho eco. Todos han preferido simplemente utilizar el nombre Abya Yala en contrarréplica y hasta en combate a América, sin saber que este nombre es originario de este continente.

En este sentido, vamos a sacarlo nuevamente a la palestra, para a ver si al menos dejan de repetir como loras el cuento eurocéntrico, si es que no quieren utilizar el término Amerrique o Ameriske, que fue castellanizado como América, en inglés como America (sin tilde), y en francés como Amerique que es igual a su forma original en maya quiché. Al respecto, Jean Marcou dice que los franceses fueron los únicos que conservaron el nombre indígena Amerique, y fueron los primeros en nombrar americanos a los habitantes del Nuevo Mundo [1].

La historia es la siguiente: los auto llamados conquistadores cuando llegaron hasta lo que hoy se llama Nicaragua se encontraron con unas montañas ricas en oro, y que los pueblos Chontales habitantes originarios de ese lugar le llamaban Amerrique o Amerike (como se prefiera pronunciar y escribir).

Muchos comenzaron a hablar en Europa de Amerique, incluso el mismo Colón y sus tripulantes o acompañantes lo señalaron. El genovés partió de Cádiz en su cuarto viaje desde el 9 de Mayo de 1502 hasta Junio de 1503, haciendo estadía en septiembre de 1502 al pie de la Sierra Amerrique. Tal como lo refirieron sus compañeros de viaje Méndez y Fiesco cuando llegaron en Julio de 1503 a la Española y narraron sobre los resultados del viaje, los que posteriormente fueron conocidos en Europa en Septiembre u Octubre de 1503 [2].

“Danilo Antón en su libro La Mentira del Milenio, señala que el nombre América proviene de la cordillera nicaragüense de Amerrique y denuncia el “fraude histórico” originado en Florencia. «El nombre Amerrique se relaciona con un pueblo antiguo que vivió en la cordillera antes de la invasión europea. A veces son llamados los Matagalpasi o Chontales». Según Antón el lenguaje de este pueblo era cercano al lenca, hablado en Honduras, cuya toponimia presenta terminaciones similares: Lepaterique, Ajuterique, Chaparrastique, Lanterique, Aguanqueterique y Cacaguatique, cercanos a la frontera con El Salvador [3].”

El nombre Amerique propagado por las tripulaciones y los oficiales de las distintas expediciones, cuando regresaban a Europa hablaban admirados de las ricas minas de Amerike. Como consecuencia algunos comenzaron a denominar a las nuevas tierras conquistadas con ese nombre, llegando a popularizarse en la gente común de Europa, en vez de llamarlas Indias Occidentales como preferían las monarquías, especialmente la española y la inglesa.

Finalmente se impuso el nombre América a pesar del malestar de las monarquías europeas, pero a cambio aceptaron de que este nombre venía del primer cartógrafo que dibujó el nuevo mundo o del primero que se dio cuenta de que era otro continente y no parte del Asia. Y ésta es la primera tomadura de pelo, pues Vespucio no hizo mapa alguno, quizás su mérito es que fue el primero en darse cuenta que no era parte del Asia sino otro continente.

¿Qué es lo que pasó? Los europeos en su hegemonismo que comenzaban a ostentar, habían comenzado a dar nombres o a bautizar a todos los continentes. A nadie se le había ocurrido dividir a lo que hoy conocemos como Eurasia en dos continentes y peor en darles nombres a los demás continentes. Europa comienza marcando distancia con lo que ellos llamarán Asia, y asimismo se dan el nombre que ahora todos conocemos, aunque inicialmente era Aeuropa, en una conjunción entre la A y la E iniciales.

Proceden también a bautizarle al continente “negro” como África, y consecuentemente faltaba darle nombre al Nuevo Mundo. Como ya se había popularizado Amerique lo aceptaron, además de que empezaba también con A, así todos los continentes tenían a la A en primer lugar. Lo mismo con Australia, Antártida, todos ellos provenientes del latín y en una condición femenina[4] . Es por eso que no le ponen Amerike sino América, así los nombres de todos los continentes empiezan con A y terminan en A.

Pero, como América no provenía del latín, deciden que el origen del nombre no viene de una lengua nativa de las Indias Occidentales, sino que es en homenaje a Amerigho Vespucci. De esta manera todo quedaba como de origen europeo, con ello convirtiéndose Europa en el centro de todo y para todo, tal como se ha manifestado en estos 500 años y de ahí la definición de eurocentrismo.

La Parte II empieza con la siguiente frase: "Pasemos a demostrar y confirmar esta afirmación, para que no quede como teoría o un nuevo cuento."

[1] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm

[2] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm

[3] Ibdis

[4] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307